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Rinoplastía

Aunque la función principal de la nariz es servir como conducto para el paso de aire hacia los pulmones y albergar al sentido del olfato, también tiene una importancia especial para la imagen por su localización en el centro de la cara. Por tal razón, es probablemente una de las estructuras más estudiadas en lo que refiere a sus proporciones, medidas y conformación ideales.
 
Así, la forma y características de la nariz ideal femenina tienen diferencias con la masculina, e incluso, la forma y tamaño que son ideales para una persona pueden no serlo para otra.
 
La cirugía de nariz (o rinoplastía) busca mejorar el aspecto y la función nasales por medio de diversas técnicas que se aplican de acuerdo a las características y necesidades de cada caso.
 

Antes de la cirugía

Se deber realizar, además de una valoración del estado general de salud, una evaluación completa de las estructuras que conforman la nariz y el rostro en general. Es importante que se haga una radiografía o una tomografía para visualizar las condiciones de estructuras internas (como los senos paranasales).

Con estudios realizados a fotografías, se determinan las zonas que deben modificarse durante la cirugía a fin de obtener el mejor aspecto posible de la nariz y que tenga armonía con el resto de la cara.

En algunos casos, la cirugía de nariz se puede planear en conjunto con otros procedimientos que modifican el perfil facial  a fin de mejorar el resultado estético global.

Procedimiento

La mayoría de las veces la rinoplastía se lleva a cabo bajo anestesia general. Dependiendo de las modificaciones que se tengan que realizar y las estructuras involucradas, las incisiones pueden realizarse sólo en la piel interna de las fosas nasales o puede hacerse una incisión adicional que atraviesa la columella. Además, pueden requerirse injertos de cartílago (generalmente tomados del séptum nasal) o de aponeurosis (la capa fibrosa que cubre a los músculos) para moldear,  reforzar o dar volumen.

Si se requiere modificar la posición de los huesos nasales, es preciso realizar fracturas controladas que se llaman osteotomías. Por último, si el ancho de las alas nasales es mayor al ideal, se puede reducir por medio de incisiones en la base.

En casi todos los casos se colocan cintas y una férula rígida que sirven para controlar la inflamación de la zona. Algunas veces se colocan también otras férulas suaves en el interior de las fosas nasales.

Recuperación

La inflamación que se presenta después de la cirugía va generalmente en relación al número estructuras que se hayan tenido que modificar. Es importante que en los primeros días se eviten esfuerzos, sonar la nariz y el calor excesivo para evitar sangrados. Para dormir y descansar se tiene que mantener la cabeza por arriba del nivel del resto del cuerpo para evitar más inflamación.

Se recomienda un reposo en casa de 2 días. La mayoría de los pacientes son capaces de realizar sus actividades cotidianas dentro de la primera semana después de la cirugía.

Cuando se colocan férulas dentro de las fosas nasales, se retiran a los 3 días en promedio. La férula rígida se retira a los 5-7 días después de la cirugía. Dependiendo del grado de inflamación que se haya producido, las cintas se usan por 2-3 semanas.

Resultados

Aunque se puede apreciar un cambio casi de inmediato, el aspecto final de la nariz se podrá ver hasta que desaparezca por completo la inflamación. Esto toma en promedio de 3 a 6 meses.
 
 

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