Rinoplastía
Antes de la cirugía
Se deber realizar, además de una valoración del estado general de salud, una evaluación completa de las estructuras que conforman la nariz y el rostro en general. Es importante que se haga una radiografía o una tomografía para visualizar las condiciones de estructuras internas (como los senos paranasales).
Con estudios realizados a fotografías, se determinan las zonas que deben modificarse durante la cirugía a fin de obtener el mejor aspecto posible de la nariz y que tenga armonía con el resto de la cara.
En algunos casos, la cirugía de nariz se puede planear en conjunto con otros procedimientos que modifican el perfil facial a fin de mejorar el resultado estético global.
Procedimiento
La mayoría de las veces la rinoplastía se lleva a cabo bajo anestesia general. Dependiendo de las modificaciones que se tengan que realizar y las estructuras involucradas, las incisiones pueden realizarse sólo en la piel interna de las fosas nasales o puede hacerse una incisión adicional que atraviesa la columella. Además, pueden requerirse injertos de cartílago (generalmente tomados del séptum nasal) o de aponeurosis (la capa fibrosa que cubre a los músculos) para moldear, reforzar o dar volumen.
Si se requiere modificar la posición de los huesos nasales, es preciso realizar fracturas controladas que se llaman osteotomías. Por último, si el ancho de las alas nasales es mayor al ideal, se puede reducir por medio de incisiones en la base.
En casi todos los casos se colocan cintas y una férula rígida que sirven para controlar la inflamación de la zona. Algunas veces se colocan también otras férulas suaves en el interior de las fosas nasales.
Recuperación
La inflamación que se presenta después de la cirugía va generalmente en relación al número estructuras que se hayan tenido que modificar. Es importante que en los primeros días se eviten esfuerzos, sonar la nariz y el calor excesivo para evitar sangrados. Para dormir y descansar se tiene que mantener la cabeza por arriba del nivel del resto del cuerpo para evitar más inflamación.
Se recomienda un reposo en casa de 2 días. La mayoría de los pacientes son capaces de realizar sus actividades cotidianas dentro de la primera semana después de la cirugía.
Cuando se colocan férulas dentro de las fosas nasales, se retiran a los 3 días en promedio. La férula rígida se retira a los 5-7 días después de la cirugía. Dependiendo del grado de inflamación que se haya producido, las cintas se usan por 2-3 semanas.
Resultados
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